El 29 de mayo de 1969, Córdoba fue el escenario de una movilización popular que sacudiría a la dictadura de J. C. Onganía. Tres jornadas de violentos enfrentamientos callejeros se generaron por la cruel represión de la policía y el ejército contra la movilización sindical. El dictador Onganía había colocado como interventor en Córdoba a Carlos Caballero, un hombre de su confianza, caracterizado por su gorilismo y su ineptitud. En Córdoba, la resistencia a la mal llamada "Revolución Argentina" fue muy importante desde su misma instalación, el 28 de junio de 1966, debido a que, luego de décadas de distanciamiento, el elemento estudiantil había comenzado a acercarse al sindicalismo. Desde el golpe de 1955 se había desarrollado una lucha contra la entrega de los medios de producción industrial a capitales extranjeros, la supresión de las conquistas laborales y las garantías y libertades individuales y públicas con la proscripción del peronismo (Decreto de Aramburu y Rojas # 4.161/56). Se destacaban los combativos sindicatos UTA , de Luz y Fuerza, el numeroso sindicato SMATA del sector automotriz y dos sindicatos de fábrica (SITRAM Y CITRAC). El 14 de mayo de 1969 se reprime una asamblea de obreros de la industria automotriz contra la eliminación del sábado inglés. El 16 la UTA paraliza la ciudad, acompañada por Luz y Fuerza.
El 26 de Mayo de 1969, las dos centrales obreras cordobesas adheridas a las dos CGT en que estaba dividido el movimiento obrero del momento, proclaman un paro activo para el 29. El acatamiento fue muy importante y la concentración fue reprimida violentamente. Los manifestantes lograron superar a la policía, que se vió obligada a replegarse. Debe intervenir el ejército para lograr disolver a los manifestantes; quedan más de 30 muertos y centenares de heridos. Será el principio del fin de la esa dictadura; pero continuará el proceso represivo iniciado en el 1955 que recién logrará revertirse temporalmente en 1973 y (esperemos) definitivamente en 1983.
Vemos como sectores civiles aceptaban el poder a pesar de las proscripciones y persecuciones de que era objeto la primera minoria (sino la mayoria) de la poblacion.
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