El Monte Cervantes pertenecía a la compañía Hamburgo Sudamericana, representado en Buenos Aires por la empresa Delfino. Había sido botado en 1924, o sea que solamente tenía seis años. Tenía 150 metros de eslora, 19 de manga y 10,7 de puntal. Desplazaba 13.750 toneladas y desarrollaba una velocidad de 16 nudos. Sin contar las bodegas, tenía 6 pisos.
El Monte Cervantes frente a Ushuaia (1930)
Era un buen vapor de turismo, aunque no de lujo. Los pasajeros eran 1.200, a lo que debía agregarse unos 300 oficiales y tripulantes.
Para ver un folleto publicitando de los cruceros a Ushuaia y los canales fueguinos, ir a:
http://www.histarmar.com.ar/LineasPaxaSA/41-HamburgSud-Crucero1929MonteOlivia.htm
El Capitán del Monte Cervantes era Teodoro Dreyer; nacido en Alemania el 2 de Diciembre de 1874. Entró a la compañía en 1899 y prestó servicios en ella por 31 años. Desde 1910 comandó naves como el Vigo y el España y desde 1928 estuvo al mando del Monte Cervantes. Su foja de servicios era muy buena.
La embarcación salió del puerto de Buenos Aires el 15 de enero de 1930. Pasó frente a Mar del Plata e hizo escalas en Puerto Madryn y Punta Arenas. El 21 de enero de 1930, el Monte Cervantes hizo escala de 15 horas en el pueblo de Ushuaia, que en ese momento contaba con 800 habitantes. El 22 partió de Ushuaia con destino a bahía Yendegaia (Chile). No se sabe si por decisión del Capitán o del piloto Rodolfo Hepe, en lugar de llegar hasta el faro Les Eclaireurs, se utilizó el paso del mismo nombre, chocando contra un bajo fondo. Se escuchó un fuerte rasguido en la quilla, que produjo una abertura e inundó rápidamente las bodegas y los camarotes más bajos. La proa se levantó, el buque se inclinó de babor bruscamente y comenzó a hundirse.
El Monte Cervantes encallado.
El Capitán reaccionó rápidamente y antes de que se quedara sin motores, llevó al buque hasta los islotes Les Eclaireurs donde lo encalló; de esa forma, la tripulación pudo bajar los botes salvavidas y salvar a todos los pasajeros. El barco de carga Vicente López respondió al S.O.S. y comenzó a cargar a los pasajeros que encontraba en su camino. todos los náufragos pudieron ser rescatados en el mismo día pero deberían esperar una semana a que el buque Monte Sarmiento (de la misma empresa) los viniese a recoger y los llevara nuevamente a Buenos Aires. En Ushuaia no había más que una pensión, con (cuatro camas) y los náufragos debieron repartirse en diferentes casas de familia, el patio del presidio (incluso se techó el patio), depósitos, etc. Los presos donaron mediante un comunicado la mitad de su ración de comida.